viernes, 15 de marzo de 2013

la roya en la soja


La roya de la soja: Principales aspectos de la 
enfermedad y consideraciones sobre su manejo.


Introducción :

 Las enfermedades del cultivo de la soja en Argentina están consideradas en la
actualidad como importantes factores que reducen los rendimientos y que pueden incluso
provocar la pérdida total de la producción de un lote. Las epifitias del cancro del tallo
(Diaporthe phaseolorum var. meridionalis), síndrome de la muerte súbita (Fusarium solani f. sp.
glycines), mancha ojo de rana (Cercospora sojina) y podredumbre carbonosa del tallo
(Macrophomina phaseolina), registradas en los últimos 10 años en diferentes regiones del país,
sumadas a los niveles alcanzados por otras enfermedades como la podredumbre de la raíz y
base del tallo (Phytophthora sojae) y el complejo de fin de ciclo (Cercospora kikuchii, Septoria
glycines, Phomopsis spp., etc.), constituyen ejemplos de la magnitud de los daños que pueden
llegar a ocasionar los patógenos de la soja.
 Esto ha llevado a que paulatinamente los productores de soja tomen conciencia de la
trascendencia que tienen tanto el diagnóstico como el manejo de la problemática sanitaria del
cultivo. Así, mediante la utilización de diversas estrategias de control, se han podido reducir las
pérdidas por enfermedades, e inclusive solucionar completamente los problemas generados
por algunas de ellas.
 La producción de soja de Argentina enfrenta ahora la amenaza de una nueva
enfermedad, recientemente detectada en el nordeste del país. Se trata de la roya de la soja,
la cual es conocida por haber provocado severos daños en lotes de soja ubicados en varios
continentes desde su identificación a comienzos del siglo pasado en Asia.
 En Sudamérica, la enfermedad fue detectada en Paraguay en Marzo de 2001 en el
distrito de Pirapó, Departamento de Itapúa, donde causó en algunos lotes pérdidas de
100%
 Publicado en: Soja en Siembra Directa. Octubre 2002. AAPRESID Páginas 51-55:
.



 La roya de la soja es causada por dos especies del género Phakopsora, las que fueron
separadas taxonómicamente recién en 1992 (Ono et al.). Ambas especies poseen estructuras
morfológicas muy semejantes y causan en las plantas una sintomatología similar. Sin
embargo, difieren fundamentalmente en la intensidad de los daños que provocan en el cultivo.
 La denominada roya “asiática” es causada por Phakopsora pachyrhizi, y es la que causa
los mayores daños. Se han citado pérdidas de rendimiento de hasta 80%, incluso en algunos
lotes hasta el 100%). P. pachyrhizi identificada por primera vez en Japón en 1902; luego fue
detectada en India (1906), Australia (1934), China (1940), sudeste de Asia (1950) y Rusia
(1957). Durante muchos años permaneció restringida a Asia y Australia, hasta ser nuevamente
encontrada en Hawai en 1994, luego en el continente africano (desde Uganda hasta Sudáfrica)
a partir de 1997, y finalmente en Sudamérica a partir de 2001.
 En tanto, la roya “americana” o “del nuevo mundo” es causada por Phakopsora
meibomiae, y no provoca daños de tanta magnitud como la “asiática”. Fue encontrada por
primera vez en Puerto Rico en 1974 y luego en otros países del continente como Colombia y
Brasil.
 Además de provocar síntomas semejantes, ambas especies presentan estructuras
morfológicas (por ejemplo urediniosoros y urediniosporas) similares. Si bien se las puede
diferenciar por algunas estructuras (teliosoros) de infrecuente ocurrencia bajo condiciones
naturales, es preferible recurrir a técnicas más modernas, como por ejemplo las moleculares,
para determinar cual es la especie en cuestión. 3
Síntomas
 Los síntomas iniciales se pueden observar en las hojas inferiores de plantas próximas o
en floración. Primero se aprecia una decoloración amarilla en el haz de las hojas inferiores. A
medida que la infección avanza, las hojas se tornan amarillentas y las lesiones se manifiestan
como pústulas pequeñas de color marrón (Figura 1).
 Los síntomas más característicos son lesiones de color marrón-amarillento a marrónrojizo u oscuro, donde se forman los urediniosoros que son globosos y sobresalientes. A
través del poro central del urediniosoro son exudadas las urediniosporas, formando una masa
de esporas sobre y alrededor del urediniosoro (Figura 2)
 Las lesiones se presentan en hojas y eventualmente en pecíolos, tallos y vainas. Sin
embargo, son más abundantes en las hojas, sobre todo en el envés (Figura 3)
 Existen dos tipos de lesiones, que depende de la edad de la lesión así como de la
interacción entre el genotipo de soja y la raza del patógeno:
a) Lesiones marrón-rojizas (RB): consisten en grandes áreas necróticas de color marrón rojizo
sin o con pocos urediniosoros (Figura 4).
b) Lesiones marrón-amarillentas (TAN): son pequeñas pústulas, que cuando maduran
muestran masas de urediniosporas (Figura 5).
 Los síntomas de la roya pueden ser confundidos con los de otras enfermedades del
cultivo de la soja (mancha marrón, tizón bacteriano y pústula bacteriana), por lo que se
recomienda que, ante la duda, se remitan muestras a los laboratorios especializados para que
se efectúen los correspondientes análisis fitopatológicos.
Principales aspectos epidemiológicos
Phakopsora pachyrhizi es un patógeno biotrófico, por lo que no sobrevive en los
rastrojos infectados. En cambio, sí sobrevive en plantas guachas de soja, así como en los
numerosos hospedantes alternativos que tiene este hongo.
 Se han citado 31 especies en 17 géneros de leguminosas que son hospedantes de P.
pachyrhizi en la naturaleza, mientras que 60 especies en otros 26 géneros resultaron
infectadas cuando el hongo fue inoculado bajo condiciones controladas. P. melbomiae produce
infecciones naturales en 42 especies de 19 géneros de leguminosas, y con inoculaciones
artificiales llegó a infectar 18 especies en otros 12 géneros (Hennen, 1996).
 Existen 24 especies en 19 géneros que son hospedantes de ambas especies de
Phakopsora, entre los que se pueden mencionar a las siguientes: kudzu (Pueraria lobata),
trebol (Melilotus spp.), lupino (Lupinus hirsutus), poroto (Phaseolus vulgaris), caupi (Vigna
unguiculata). También han sido citadas como hospedantes diversas otras especies en los
géneros Cajanus, Crotalaria, Dolichos, Lablab, Medicago, Pachyrhizus, Rhynchosia,y Vicia.
 Las urediniosporas, que pueden sobrevivir hasta 50 días, son fácilmente dispersadas
por el viento. Esta característica posibilita que la enfermedad pueda ser diseminada a grandes
distancias.
 Otra característica importante a considerar es que se trata de un patógeno policíclico, es
decir que durante el ciclo del cultivo se producen varias generaciones del patógeno. Si a esto
se le suma el hecho de que cada urediniosoro produce numerosas urediniosporas, resulta
evidente que la enfermedad puede llegar a desarrollarse muy rápidamente si se presentan
condiciones ambientales favorables. Además, el patógeno penetra en forma directa a través
de la cutícula y la epidermis del hospedante, lo que hace que la infección sea rápida y fácil. 4
 La germinación de esporas ocurre con un mínimo de 6 h de rocío y temperaturas entre 8
y 36°C, con un óptimo entre 16 y 24°C. La infección ocurre también con un mínimo de 6 h de
rocío y temperaturas entre 11 y 28°C, con un óptimo entre 19 y 24°C. Con temperaturas de 22
a 27°C, los urediniosoros maduran 6 a 7 días después de infección.
 Con condiciones favorables, tiempo fresco y húmedo, es posible progresar desde una
infección inicial a una de 90% en 3 semanas. El nivel de pérdidas dependerá del momento de
ocurrencia de la enfermedad y del progreso de la epifitia. Lógicamente, con temperaturas
altas y tiempo seco, el progreso de la enfermedad se vuelve más lento.
 En China se han registrado severas epifitias con las siguientes condiciones:
– Más de 27 días con lluvia en Septiembre y Octubre
– Temperaturas menores de 25 °C
– Precipitaciones alrededor o mayores de 250 mm
– Agua libre 7 a 10 horas.




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